La Cyperus Esculentus es la planta de la chufa.
«La especie Cyperus esculentus, llamada comúnmente juncia avellanada, es una planta herbácea que produce el tubérculo comestible conocido como chufa, aunque en Andalucía recibe el nombre de alcatufa«. Así define la Wikipedia a la Cyperus Esculentus, la planta más importante de Alboraya, cuna de la horchata. Históricamente, se le ha calificado como una ‘mala hierba‘, pues es de la misma familia que otras que, efectivamente, se reproducen de forma muy rápida y arrasan con todo lo que encuentran.
¿Cuáles son sus propiedades? Las derivadas de la chufa, por supuesto: la chufa de València se ha convertido en un referente de salud y energía en todo el mundo con múltiples propiedades beneficiosas para el organismo avaladas por diversos estudios médicos. En este sentido, los investigadores de la Universidad de València han concluido que la chufa posee propiedades digestivas muy saludables por su alto contenido en almidón y aminoácidos. Además es rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio y el hierro, además de grasas insaturadas y proteínas. Por ello, su consumo está recomendado para todo tipo de personas de cualquier edad.
Para madres gestantes, por ejemplo, es interesante su consumo por el variado aporte de aminoácidos, entre los cuales hay que destacar el aporte de arginina tanto por su cantidad como por la importancia de dicho aminoácido para el feto y el recién nacido. Para los niños y adolescentes, la horchata de chufa o la leche de chufa cumple con una serie de requisitos que la hacen una bebida completa dentro de la alimentación habitual de niños y adolescentes. Por su contenido en calcio, hierro, magnesio y fósforo está muy indicada en la etapa de crecimiento. Para los vegetarianos y veganos, la bebida de chufa aporta una serie de nutrientes y en proporciones más adecuadas que otras bebidas de origen vegetal. Es ligeramente rica en hierro, es rica en calcio, y combinada con arroz hace que consigamos proteínas de alto valor biológico, por combinarse un tubérculo (la chufa) y un cereal (el arroz).
Además, la chufa no contiene ni lactosa ni gluten, por lo que puede ser consumida sin problemas por los alérgicos a la lactosa e intolerantes al gluten. La chufa, además, tiene propiedades eupépticas, que facilita la digestión de los hidratos de carbono y las grasas por su contenido en enzimas como la amilasa y la lipasa, a la vez que evita el meteorismo y la flatulencia, por lo que mejora la calidad de las digestiones. La chufa, junto con todos los alimentos derivados de ella, como la horchata, la harina de chufa, etc, podrían ser útiles también para el control del colesterol y los triglicéridos por su perfil lipídico, con una cantidad de ácido oléico (contiene un 77% de ácido oleico) muy similar al aceite de oliva.
Por otro lado, para el tratamiento de las dislipemias se recomienda tomar alimentos ricos en fibra ya que permiten la disminución de la absorción del colesterol a nivel intestinal, en este sentido, la chufa posee un significativo contenido en fibra. Finalmente, tanto la chufa como la horchata, por su naturaleza vegetal, están exentas de colesterol. La introducción en la dieta de la chufa o la horchata es interesante porque ayudará al control protéico por su contenido moderado en proteínas pero con cantidades destacables de algunos aminoácidos esenciales. Así, alimentarse y cuidarse al mismo tiempo, es una de las muchas ventajas que ofrece la chufa y sus derivados, como la horchata de chufa de València, y por ello es ya es considerada un superalimento.
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